La calidez de La Casita se siente desde el mismo momento en que ingresamos a la sede.
Un grupo de colaboradores nos recibe cálidamente en la puerta, con lluvia o con sol, con frío o con calor. Abrazo de por medio, se toma nota de la asistencia y surgen los comentarios sobre la familia, la escuela y el clima.
La actividad es bien 'movida': se reciben a los papás, a quienes solicitan información, a quienes acercan sus viandas, resuelve solicitudes y derivan a otras áreas y colaboradores; cuidan bicis y bolitas, escuchan desacuerdos de niños y coloridas anécdotas, y... tanto más!
Cuando nos vamos, nuevamente su saludo y abrazo de despedida (y muchas veces una golosina) coronan una jornada de aprendizaje y amor.
¡Gracias profes por tanto cariño!
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