Hace muchos años, decidimos tener un día en el mes en el que la actividad pasaría por el 'vernos más lindos aún'.
Lo llamamos "el día del cariño". Era un día para lavarnos la cabeza -si queríamos-, secarnos el pelo con secador de pelo -¡todos queríamos!-, peinarnos y ponernos geles -los chicos- y chuflos, hebillas y colitas -las nenas-.
Largas filas se generaban alrededor del piletón, esperando los masajes y los mimos...
El día se completaba con perfume, cremas para manos y cortado de uñas. Las chicas también optaban por el pintado de uñas.
Hoy, en la actual ONG, los días del cariño son todos los findes.
Las piletas y silloncito de pelu están 'abiertos al público' desde que llegan los chicos -ahora con mejores comodidades-.
Siguen las colas para los lavados de cabeza en manos como las de la 'seño Gra', que con el mismo amor, sigue acariciando corazones con espuma de champú... según pasan los años.
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